Sí, tal día como hoy falleció Juan Ramón Jiménez, concretamente en el año 1958. Pero con él no se llevó a su Platero, a nuestro Platero. También quedó su Premio Nobel de Literatura del ’56.
En su poesía buscaba alcanzar la eternidad, el conocimiento, la belleza… Los temas que más frecuentaba a la hora de escribir era cómo no, el amor, la realidad y su pueblo, Moguer, al que le dedicó entre muchas, las siguientes palabras:
Te llevaré Moguer a todos los lugares y a todos los tiempos, serás por mí, pobre pueblo mío, a despecho de los logreros, inmortal.Te he dicho Platero que el alma de Moguer es el vino, ¿verdad?. No; el alma de Moguer es el pan. Moguer es igual que un pan de trigo, blanco por dentro como el migajón, y dorado en torno -¡oh sol moreno!- como la blanda corteza.
Os dejo con una de mis poesías favoritas de Juan Ramón:
“Nostalgia”.
Al fin nos hallaremos. Las temblorosas manos
apretarán, suaves, la dicha conseguida,
por un sendero solo, muy lejos de los vanos
cuidados que ahora inquietan la fe de nuestra vida.
apretarán, suaves, la dicha conseguida,
por un sendero solo, muy lejos de los vanos
cuidados que ahora inquietan la fe de nuestra vida.
Las ramas de los sauces mojados y amarillos
nos rozarán las frentes. En la arena perlada,
verbenas llenas de agua, de cálices sencillos,
ornarán la indolente paz de nuestra pisada.
nos rozarán las frentes. En la arena perlada,
verbenas llenas de agua, de cálices sencillos,
ornarán la indolente paz de nuestra pisada.
Mi brazo rodeará tu mimosa cintura,
tú dejarás caer en mi hombro tu cabeza,
¡y el ideal vendrá entre la tarde pura,
a envolver nuestro amor en su eterna belleza!
tú dejarás caer en mi hombro tu cabeza,
¡y el ideal vendrá entre la tarde pura,
a envolver nuestro amor en su eterna belleza!
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