Tal para
cual
Todo este embrollo comenzó unos meses atrás; aquella
tarde de otoño en la que encontré a
Luisa esperándome cerca de la casa. Ella
y Francisco, su
marido, son mis amigos, es una amistad que
viene desde la secundaria, cuando ella era
la
chica más hermosa e inteligente del liceo y
Francisco
era el capitán del equipo de Baloncesto. Les confieso que
en aquel entonces
yo estaba enamorado de Luisa, Sin
embargo eso era normal, todos,
en la secundaria,
morían por una
mirada suya. Es evidente que semejante chica
no podía fijarse en un tío
flaco, narizón y con
unos enormes lentes montados en la trompa; por tanto lo nuestro no fue más allá de ser un amor de hermanos. Lo más lógico era que ella y el
deportista del año quedaran de novios y
con
el tiempo se casaran como efectivamente sucedió.
―¡Alberto, Alberto!
―Hola Luisa ¿qué haces aquí, me estás esperando?
―No, Alberto, estaba aquí cerca y te vi llegar ¿Francisco no está
contigo?
―¡No! Al salir de la oficina tomamos un trago y luego nos despedimos, yo vine para la casa ¿Qué pasa por qué
esa
cara?
―Francisco me miente…él dijo que
iba a estar contigo y
llegaría tarde,
sospecho que me traiciona.
―¡No, no! seguro hay un mal entendido
él te es fiel… ¿Qué haces,
lloras?
―No es nada…olvídalo…me voy.
―Espera, ven, sube al apartamento, preparo
un café, mientras te tranquilizas
un poco; toma mi pañuelo y seca esas lágrimas. ―
Como les decía, soy amigo de Francisco desde que tengo memoria, ahora
somos socios en una
empresa
de arquitectura, soy padrino de su hijo, nadie lo conoce
mejor que yo, no es un mal tío, él quiere a su mujer y a
su hijo, pero no puede dejar
de ser la estrella del equipo;
para él es natural el perseguir
a cuanta mujer se
le
acerque, y son muchas las que
lo buscan ¿Quién sino su mejor amigo para
taparle
las escapadas y protegerlo?
―¿Por qué me dijo que estaba contigo?... ¡ dónde estará ahora?
― Es posible que tuviera
algún compromiso de trabajo ¡Sí
recuerdo! que estúpido, lo
había olvidado, tenía que llevar
unos
diseños
a un cliente y es posible que se quedaran a cenar juntos, para discutir el proyecto.
―No sabes mentir, Alberto
―¿Cómo prefieres
el café, con
algo de leche?
―No gracias, un poco de azúcar nada más.
―Verás que
al llegar tendrá una
explicación,
y tus temores desaparecerán.
―Las excusas
nunca le faltan,
pero ahora se terminó,
tomo al niño y me
voy.
―Deja de decir tonterías, lo conoces, sabes cómo es, y sabes que te ama; tú y el niño lo son todo para él. Te prometo que mañana yo le hablo y
de ahora en adelante yo iré a las reuniones con los clientes.
―Ese sinvergüenza no merece un amigo tan bueno y fiel
como tú.
Voy a tener que hablar seriamente con ese imbécil, si no deja de
meterme en sus líos de mujeres le
pateo el culo. No voy a seguir su juego, el muy
estúpido no se da cuenta que está por perder
a Luisa.
―¡No son tonterías! Lloro de
rabia, lloro porque ya
no le gusto, ahora él busca mujeres más jóvenes; mi cuerpo ya no es
el de antes.
―Estás diciendo un montón de
estupideces, siempre has
sido la más linda y siempre lo serás.
―¡No es verdad! lo dices porque eres bueno y
eres su amigo.
―Lo digo porque es verdad y sabes que toda mi vida lo he
pensado. ―Si ella supiera
cómo me gusta, cuantas veces he
soñado en tenerla en mis
brazos,
sentir
sus senos contra mi pecho, besar
sus labios, ella no sabe
que cuando abraza
o besa a Francisco yo siento que mi corazón sangra. Estoy loco.
Para ella soy igual que un hermano y él es
mi mejor amigo
¿Cómo se me ocurren ciertos pensamientos; se dan cuenta
de
cuán débil es
la carne?
―No, linda, lo digo porque tú me gustas y siempre te he
querido, ésta es la verdad.
―¿De veras me encuentras deseable?
―Olvida lo que dije, los dos son como mi familia. Es hora que regreses a
tu casa, Francisco
no demorará en llegar.
―Me iré, pero
quiero que primero me beses, abrázame. .Nuestras bocas se buscaron sentí sus senos en mi pecho, mis manos
buscaron su sostén, su falda cayó al piso, mis pantalones rodaron por el suelo,
abrazados caímos sobre la alfombra, la penetre, fue mía, música celestial en
mis oídos…
―Querido, no digas nada a Francisco, ya
no me importa si estaba
con
alguien, lo importante es que siempre
regresa a mí.
Yo
le hablaré.
―Olvida esta locura, no puede
ser, me dejé llevar por el
momento,
no está bien.
―No te preocupes,
todo está olvidado .Nada pasó.
Unos
días después en la oficina, Francisco hablando al teléfono:
―Cómo
estás, linda estaba esperando tú llamada.
― ¿Francisco, esta noche estoy sola,
vienes
para
mi casa?
―Claro que sí amor, traigo
el vino. ― colgando el teléfono llamó su secretaria:
― ¡María!
―Sí dígame.
― Localiza a mi esposa necesito hablarle.
― Sr.
Francisco
su señora al teléfono.
― Gracias.
Hola,
Luisa
―Dime Francisco
―Amor mío, lo siento mucho,
pero esta noche regreso tarde, llegó el cliente que esperaba y ceno con él, luego tendremos que revisar el
proyecto ¿te
importa?
―No, no te preocupes, primero
el
trabajo ¿además sabes
qué voy a hacer? Llamo a Virginia y me iré al cine con ella y luego
iremos a comer pizza. Ciao, te amo…
Ahora ustedes. Estarán creyendo que Luisa aceptó el
comportamiento libertino de Francisco, sin importarle
nada ¡Están equivocados! Ella descubrió que podría
aprovechar las salidas nocturnas
de él para tener cuanto amante quisiera. De tal manera que los dos, continuaron engañándose y amándose por muchos años y les confieso que
más de una vez, también yo, he tenido el placer de acostarme con Luisa…
Fredo Nedi
Del libro ¨Freedom¨